LA COMUNIDAD AMBIENTAL

LAS CAMPAÑAS ANTINUCLEARES DE LOS CINCUENTA

La preocupación por el medio natural tiene precedentes antiguos, pero la historia más reciente comienza con las campañas antinucleares que se organizaron cuando se habló de fabricar una bomba más potente que la atómica: la bomba de hidrógeno. Cuando la guerra de Vietnam llega a su fin, parte del ímpetu originado por el rechazo que ésta provoca, se disipa; pero algo de ello queda y se transfiere a un movimiento ya existente, pero que toma con ello un nuevo vigor: el movimiento ecologista.

LOS SESENTA. LAS VISIONES APOCALIPTICAS

El movimiento “back-to-the-land”, el preservacionismo, o las campañas que dieron origen a las leyes sobre contaminación en Estados Unidos: Ley del Aire, Ley del Agua, se perciben aún en esta década como independientes. La visión del movimiento ecologista en los años sesenta, e incluso a principios de los setenta, es en general pesimista. Refleja el sentimiento de que hay algo enfermo en la civilización. 


Los textos que marcan la tendencia de los sesenta: 




Silent Spring (1962), de RACHEL CARSON.

The population bomb, de PAUL EHRLICH. 

The tragedy of the commons, Garret Hardins




 "Si numerosas personas independientes disfrutan de un acceso ilimitado a un recurso finito y valioso, por ejemplo, un pasto, tenderán a sobreutilizarlo y pueden terminar destruyendo su valor por completo. Ejercer la moderación voluntaria no es una opción racional para ningún individuo; si lo hiciera, los demás simplemente lo suplantarían; sin embargo, el resultado predecible es una tragedia para todos".


Garrett Hardin








LOS SETENTA. LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO













 





























I




La década de los setenta, continua el ritmo de los sesenta y ya en 1972 se publican dos libros de gran repercursión. The limits of Growth (Los Límites del Crecimiento) es el resultado de un encargo del Club de Roma y fruto de un estudio que se prolongó durante dos años en el Massachussets Institute of Technology (MIT)

El estudio cuantificaba, y ésta es la gran novedad, pasar del análisis cualitativo al cuantitativo, las consecuencias, a largo plazo, del crecimiento de la población, del capital industrial, de la producción de alimentos, del consumo de recursos y de la contaminación.

La publicación del Los límites del Crecimiento desató furor. Se vendieron nueve millones de ejemplares en veintinueve idiomas. De acuerdo con estos estudios del Club de Roma y del MIT, el sobrepasamiento puede producirse cuando se reúnen tres circunstancias:


- Los cambios son suficientemente rápidos.

- Existen límites o barreras, que traspasados, pueden producir problemas.

- Las señales que avisan de la proximidad a los límites son imperfectas.

'Blueprint for Survival' es tan oportuno que parece sacado de un quiosco moderno. Un tema radical e influyente, fue tanto un catalizador para el cambio político como un esbozo inquietantemente preciso de los problemas globales que aún enfrentamos hoy. Publicado antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de 1972, en Estocolmo, el número de 'Blueprint' fue tan popular que supuestamente vendio alrededor de 500.000 copias y luego se publicó en formato de libro.

LOS OCHENTA. LA SOSTENIBILIDAD

El término sosteniblidad se hizo popular a partir del Informe Bruntland de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, elaborado para las Naciones Unidas, en 1987. El Informe define el desarrollo sostenible como:

“Aquel que satisface las necesidades de las presentes generaciones sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”.

El Índice del Informe es muy revelador de su contenido.

Parte I: Preocupaciones comunes 

1. Un futuro amenazado Síntomas y causas. Nuevos enfoques del medio ambiente y el desarrollo. 

2. Hacia el desarrollo duradero El concepto de desarrollo duradero. La equidad y el interés común Urgencias Estratégicas Conclusión. (El término duradero se ha traducido después por sostenible. Un término que pasado a formar parte del vocabulario de la economía, la política y el medio ambiente). 

3 El papel de la economía internacional La economía internacional. el medio ambiente y el desarrollo Decadencia en el decenio de 1980. Posibilitando el desarrollo duradero Una economía mundial duradera. 

Parte II: Tareas comunes 

4. Población y recursos humanos Los vínculos entre el medio ambiente y el desarrollo Perspectivas de población Harca de políticas 

5. Seguridad alimentaria: sostener las posibilidades latentes Realizaciones Signos de crisis El reto Estrategias para una seguridad alimentaria duradera Alimentos para el futuro. 

6 Especies y ecosistemas: recursos para el desarrollo. El problema: carácter y alcance Modalidades y tendencias de la extinción Los valores económicos en juego Un nuevo enfoque: anticipar y prevenir Acción internacional en favor de las especies nacionales Ambito de la acción nacional La necesidad de acción. 

7 Energía: opciones para el medio ambiente y el desarrollo La energía, la economía y el medio ambiente Combustibles fósiles: el dilema permanente La energía nuclear: problemas pendientes La leña: un recurso en vías de extinción Energía renovable: un potencial sin aprovechar Eficiencia con respecto a la energía: mantener el impulso dado Medidas de conservación de la energía Conclusión 

8 La industria: más producción con menos recursos El crecimiento industrial y sus efectos El desarrollo industrial duradero en el contexto mundial Estrategias para un desarrollo industrial duradero 9 El desafío urbano El crecimiento de las ciudades El desafio urbano en los países en desarrollo Cooperación internacional

 Parte III. Esfuerzos comunes 

10 Administrar los espacios comunes Océanos: El equilibrio de vida Espacio: Clave de la administración planetaria Antartida: Hacia una cooperación global II Paz, seguridad, desarrollo y medio ambiente La presión ambiental como causa de conflicto El conflicto como causa del desarrollo no duradero Hacia la seguridad y el desarrollo duradero.

12 Hacia la acción común: propuestas para el cambio en las instituciones y las leyes La tarea de cambiar las instituciones y las leyes Propuestas para el cambio en las instituciones y las leyes Un llamamiento a la acción 

Anexo 1 Resumen de los principios jurídicos para la protección del medio ambiente y el desarrollo duradero. 

Anexo 2 La Comisión y su labor



Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo 

"Nuestro futuro común"

LOS NOVENTA. LA HUELLA ECOLÓGICA.

Desde principios de los años noventa se viene ensayado un indicador numérico, y por lo tanto cuantificador, de la sostenibilidad: la huella ecológica. La primera publicación académica sobre este tema la hizo WILLIAMS REES en 1992. En 1994, bajo la supervisión de REES, WACKERNAGEL desarrolló un primer método de cálculo en la Universidad de Columbia.A principios de 1996, WACKERNAGEL Y REES publicaron "Our ecological footprint. Reducing Human Impact on the Earth", texto en el que se define la huella ecológica como:

“El área ecológicamente productiva (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos), necesaria para producir los recursos utilizados y asimilar los residuos producidos por una población dada, con un modo específico de vida, de forma indefinida".


EL SIGLO XXI. DECRECIMIENTO.


ROBERT CONSTANZA, junto con un equipo de autores, preparó un informe para la conferencia de Rio+20, en 2012, con el objeto de pasar revista  a las últimas ideas sobre sostenibilidad desde el enfoque de la búsqueda de la  armonía entre economÍa, sociedad y naturaleza.

 (Economy-in- Society-in-Nature).

El punto de partida es que el escenario BAU (business as ususal), seguir haciendo lo que hacemos, es una utopía. El foco de atención debe cambiar desde la preocupación por los indicadores económicos (GNP), hacia medidas del bienestar humano.


Raíces del decrecimiento. La tecnología bajo sospecha.

J. Ellul


El decrecimiento sostenible está sin duda vinculado con la ecología económica, pero en el ámbito intelectual francés se ha desarrollado de forma un tanto diferente, con aspectos interesantes. 

Las raíces de esta corriente son profundas y arrancan en la crisis posterior a la Primera Guerra Mundial, que inspiró a autores como Ellul, que tuvieron a partir de los años cuarenta un discurso pesimista respecto de las soluciones que podía aportar la tecnología

Ellul considera que vivimos en una sociedad tecnológica cuyo modelo de racionalidad es la eficacia. Sin embargo, el hombre es un ser constituido por una gran diversidad de dimensiones; poética, simbólica, religiosa, técnica; pero la tecnología ha borrado todas las demás, para centrarse en la potencia y en la eficacia.

La técnica, explica Ellul, es un organismo dotado de autonomía propia y capacidad decisional que se aleja siempre más de los límites impuestos por la propia naturaleza, creando un ambiente artificial, aparentando naturalidad y espontaneidad. La técnica es un organismo que tiene vida propia, un organismo con sus leyes de funcionamiento. 


EL CONCEPTO DE TÉCNICA EN JACQUES ELLUL THE CONCEPT OF TECHNIQUE ACCORDING TO JACQUES ELLUL .MARCO MARIAN

Ellul, Jacques :

-  La technique ou l'enjeu du siècle, Paris, Armand Colin, 1954; 
- Le bluff technologique, Hachette, Paris, 1988; 
- La edad de la técnica, (tr. esp. de Joaquim Sirera Riu y Juan León), Barcelona, Octaedro, 1990.

H. Marcuse





Definición: La unidimensionalidad es el estado al que la sociedad industrial avanzada reduce al individuo (que actúa y piensa de acuerdo con un modelo unidimensional). Esta única dimensión es la que queda cuando la única racionalidad que opera es la racionalidad tecnológica entendida como racionalidad instrumental.

La tecnología en la sociedad industrial avanzada

El proceso tecnológico podría canalizar la energía individual hacia un reino virgen de libertad...pero, lo que opera en realidad es el rumbo contrario; el aparato impone sus exigencias económicas y políticas sobre el tiempo de trabajo y el tiempo libre, sobre la cultura material e intelectual. En virtud de la manera en que ha organizado su base tecnológica, la sociedad industrial contemporánea tiende a ser totalitaria. Opera a través de la manipulación de las necesidades por intereses creados, impidiendo por lo tanto el surgimiento de una oposición efectiva contra el todo.



COMUNIDAD AMBIENTAL. EL DEBATE INTERNO

 Ecología profunda y ecología social

Ecología profunda


En 1973, ARNE NAESS introduce el término ecología profunda en The shallow and the deep: long range ecology movement

La ecología profunda se presenta como superadora de lo que denomina ecología superficial,  a la que acusa de  centrarse exclusivamente en los problemas de contaminación y disminución de recursos y de tener su objetivo principal en  la salud y bienestar de la población de los países desarrollados.


Frente a esta actitud, se propone como objetivo ir más allá del individualismo propio de la cultura occidental, de tal modo que cada uno se sienta como formando parte de la totalidad del planeta Tierra. Leer más.


Ecología social



La ecologia social surge con vocación de superar la falta de  compromisos sociales y políticos de la ecología profunda.


MURRAY BOOKCHIN escribió en 1987[1] un ensayo[2] en el que critica duramente los postulados de la ecología profunda a la vez que presenta como alternativa la ecología social. leer más.


Las tres ecologías de Guattari. Ecosofía


Guattari parte de la base de que el planeta Tierra sufre desequibrios ecológicos graves y que la vida humana evoluciona en el sentido de un profundo deterioro.

Frente a esto, dice, las soluciones que ofrecen las instancias políticas son soluciones tecnocráticas. Por el contrario, la solución que hace falta es una articulación ético-política entre tres registros ecológicos: el del medio ambiente, el de las relaciones sociales y el de la subjetividad. A esta articulación la llama Guattari ecosofía.


La critica a la ecología profunda desde la ecología reformista de Luc Ferry



La ecología profunda reivindica el derecho de los árboles, de las piedras, y de la naturaleza como tal. Pero más importante que eso, y razón por la cual no puede ser ridiculizada, es que pone en tela de juicio el humanismo moderno y ataca la idea de contrato social, para proponer una especie de contrato natural.

Para acentuar la radicalidad de la crítica a la modernidad, Ferry se remonta a los años treinta y destaca el paralelismo de los totalitarismos de entonces con la crítica al liberalismo y a la democracia formal que hace la ecología profunda. Algo que contrasta con las posiciones de la ecología superficial, o reformista como Ferry prefiere sin duda llamarla.




Arne Naess y la ecología profunda

Arne Naess percibía dos formas diferentes de ambientalismo, que no eran incompatibles entre sí, pero si muy diferentes.
Denominó a una de ellas "movimiento de ecología profunda de largo alcance" y a la otra "movimiento de ecología superficial". 

La palabra "profunda" se refería al nivel de cuestionamiento de objetivos y valores en las discusiones sobre conflictos ambientalistas. El movimiento "profundo" implica un cuestionamiento profundo, hasta llegar a la esencia de las cosas. El superficial se detiene antes de ese nivel fundamental.

Hacer un planteamiento más profundo pasa por preguntarse cómo es el mundo, qué es la naturaleza; preguntas que han estado presentes en la filosofía desde el inicio mismo y que por lo tanto pueden considerarse preguntas genuinamente filosóficas (ontológicas)


Filosofía pragmatista del medio ambiente

ANDREW LIGHT[1] da una respuesta afirmativa a la pregunta. de si los filósofos pueden contribuir a la investigación de los problemas ambientales.

Justifica su afirmación en que la crisis medioambiental que nos rodea es un hecho de la experiencia y que es un imperativo que la filosofía mire hacia ella para analizar lo que esto significa, sus causas y sus posibles soluciones.


Éste es un trabajo más pragmático que teórico, que en el caso de Light está basado en el legado del pragmatismo clásico norteamericano: “que es el que puede proporcionar el guion para una ética práctica que nos capacite para participar en la resolución de problemas medioambientales reales”.


Tecnología con rostro humano; "Small is Beautifull"


Small is beautiful de E, F. Schumacher ( ver texto completo) es uno de los libros más influyentes de las últimas décadas. Por esa misma razón, muchas de las cosas que se dicen suenan ya a conocidas, porque ya han sido asumidas, al menos en el plano teórico de lo políticamente correcto.


La primera parte del libro, que critica la noción de crecimiento indefinido, y que llama a la sostenibilidad, es ya un tópico común  en los foros de discusión  económicos y sociales en todos los niveles.

La segunda parte trata sobre los recursos disponibles y se ocupa por ejemplo de la energía nuclear, lo cual ha sido también en lo últimos años un tema tópico. Sin embargo, esta parte se cierra con un capítulo dedicado a la posibilidad de una tecnología con rostro humano que es una cuestión que merece la pena ser revisitada.

Si se mira cada pieza singular de la tecnología, se ve en ella un logro en el alivio de la carga de trabajo de los humanos, 
dice Schumacher. Sin embargo, la tecnología tomada en conjunto no produce este efecto.

Cuenta Schumacher que después de viajar por distintos países, ricos y pobres, estuvo tentado de formular una ley económica:" el tiempo libre que se tiene en una sociedad es inversamente proporcional a la artilugios tecnológicos que se tienen para ahorrar trabajo". Por lo tanto, hay que preguntarse qué es lo que la tecnología hace por nosotros.

Lo que la tecnología hace es reducir el trabajo manual productivo.Precisamente ahorra los trabajos que combinan la acción de las manos y el cerebro, algo que es especialmente grato a los humanos, para dejar trabajos mecánicos y aburridos. la tecnología ha privado a  una mayoría de los humanos de los trabajos creativos.

Parece como si los enormes conocimientos adquiridos, las técnicas depuradas y la gran experiencia, se estuviera utilizando con poca sabiduría.Lo que hace falta no es disminuir más y más los trabajos creativos, sino todo lo contrario, para lograr una tecnología con rostro humano.


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GRUPOS Y REDES

La implicación de los grupos ecologistas en las decisiones globales

Todo empezó en Estocolmo


La Conferencia de Estocolmo de 1972 fue el momento y lugar adecuado para la implicación de las organizaciones no gubernamentales en la toma de decisiones ambientales.

PETER NILSSON, en un ensayo escrito en el año 2003, analizó el papel que las ONG tuvieron en la Conferencia. El relato incluye entrevistas a algunos protagonistas principales de los hechos ocurridos entonces, y es suficientemente detallado para ver los mecanismos mediante los cuales las ONG se fueron involucrando en las decisiones.


¿Un máximo a finales de los noventa?


 A finales de los noventa la participación de las ONG  en las Naciones Unidas estaba asentada como consecuencia de un proceso que se había iniciado en la Conferencia de Estocolmo.

James A. Paul, director ejecutivo del Global Policy Forum, escribía en  junio de 1999 que las ONG tenían un creciente y vital papel que jugar:

Contribuyen con valiosa información, con ideas, abogan de forma efectiva por cambios positivos, proveen de una esencial capacidad operativa en emergencias y esfuerzos de desarrollo,  aumentan la capacidad y legitimidad del proceso de gobernanza global”.

Las califica de socios indispensables en los procesos de deliberación, formación y ejecución de políticas, predice un incremento de su influencia para los años siguientes, debido a su capacidad para complementar y ampliar el discurso político, y  que todo ello habría de dar como resultado una mayor legitimidad de las decisiones.

La Resolución 1996/31, que regula la acreditación de las ONG, se considera como un hito clave en este proceso

Reacción de los estados nacionales


En el año 2006, JENS MARTENS escribió un artículo ]en el que se ocupaba del estado de cosas existente en ese momento  y el previsible  futuro de la participación de las ONG en la ONU.
En este artículo, se refería  al informe del Panel Cardoso que se había presentado en junio de 2004. 

Este informe consideraba a los gobiernos, el sector empresarial y la sociedad civil como tres grupos constituyentes de la ONU; lo cual significa considerar  a la industria, de forma explícita, como sociedad civil, y con ello, legitimidad para representarse a sí misma de forma directa y no a través de las representaciones gubernamentales.  


Negociaciones a alto nivel


NEWELL[1], en el contexto del análisis de la relación entre sociedad civil, política y cambio climático, distingue distintas fases en los procesos internacionales de gestión de problemas. 


Fijación de agendas


Existe  una primera fase caracterizada por la fijación de agendas, en la que se trata de definir el alcance del problema.


Negociaciones p.d.


En una segunda fase, empiezan realmente las reuniones internacionales y con ello las negociaciones propiamente dichas.

En el caso del cambio climático, por ejemplo, las ONG han participado como observadores en las conferencias de las partes(COP


De qué depende la distinta influencia de unas organizaciones y otras

No todos los grupos pueden ejercer la misma influencia. Los que cuentan con más recursos humanos y económicos son sin duda mucho más influyentes. Ésta es  una cuestión que las organizaciones de los países del sur recuerdan constantemente. De hecho, algunas de las  organizaciones que participan en los procesos de decisión tienen más recursos incluso que el programa medioambiental de las Naciones Unidas.


La confrontación no ha quedado excluida

Una línea de confrontación es la que e inició en Durban, en octubre de  2004. la organizaciones que se reunieron allí, lo hicieron con  vocación de fijar unas líneas estratégicas que guiaran a las organizaciones, exhortándolas a la acción
De la reunión surgieron  dos declaraciones: la Declaración de Durban para actuar contra el Cambio Climático la Declaraciónde Durban sobre el comercio de carbono.

Bajo el lema “Justicia climática ya”, se llamó  a los pueblos para actuar contra el cambio climático. Los objetivos de Kyoto se consideran insuficientes y se denunció que las reducciones fijadas se tratan de evadir. La acción del Banco Mundial se considera que en vez de contribuir a la menor utilización de combustibles fósiles, lo que hace es alentar el consumo acelerado de las reservas, provocando conflictos militares, que aumentan la injusticia social y ambiental.

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ESTRATEGIAS

La estrategia legislativa del movimiento ambiental

Los lobos de Yellowstone




A mediados de los noventa, se planteó la reintroducción de lobos en el parque de Yellowstone y en la zona occidental de Montana 

 El conflicto de intereses entre granjeros, que vieron amenazados sus rebaños,  y los ecologistas se resolvió a favor de estos últimos, invocando la Ley de Especies amenazadas de 1973.




Este instrumento legal es el que dio cobertura a la decisión y, por lo tanto, lo que hay que explicar es cómo se llegó aprobar esta ley, pues es la forma de responder a la pregunta de por qué este conflicto concreto se resolvió de esta manera.

La estrategia legislativa ya no funciona

En los años 60 y 70, se aprobaron algunas leyes que luego resultaron decisivas en la resolución de algunos conflictos en los noventa, cuando éstos llegaron a los tribunales de justicia.  Es el caso de los lobos de Yellowstone.

Aquel proceso se recuerda ahora, visto con la perspectiva que da el paso de tiempo,  como una victoria épica apenas soñada, algo que caló profundamente en los padres fundadores del movimiento ambientalista y que configuró una forma de pensar sobre la relación entre  medio ambiente y  política, que se prolonga hasta hoy.

MICHAEL SHELLENBERGER y TED NORDHAUS   se refieren en estos términos a  las estrategias de política medioambiental, en un escrito publicado en  enero de 2005: “The death of environmentalism”.

Los autores defienden que el marco estratégico, la forma en que se hace política medioambiental, no ha cambiado en los últimos cuarenta años, y sigue una pauta establecida:

Primero, se define un problema, pongamos por caso el calentamiento global, como  problema medioambiental; segundo,  se diseña una solución técnica, para el calentamiento global el cap-and-trade, esto es, limitar las emisiones e incentivar el uso de energías menos contaminantes asignado costes de emisión ; tercero, se vende la propuesta técnica a legisladores por medio de varias tácticas como ejercer presión mediante lobbies, buscar terceros aliados, confeccionar informes, campañas de  propaganda, movilización de las bases y relaciones públicas”

Activismo ambiental

TED GLICK[1]  representa un contrapunto a la estrategia basada en alianzas políticas, que defienden por ejemplo SHELLEBERGER y NORDHAUS

GLICK defiende el activismo en la calle y la movilización, como la estrategia más adecuada para la defensa del medio ambiente.

En septiembre de 2005, Glick escribe un artículo en la revista  GRIST que titula “Rank and Rile”[2]en el que se lee:

 “La batalla para estabilizar el clima no se gana solamente con argumentos racionales, con cambios en el etilo de vida individual o esfuerzos modestos para implantar energías más limpias. Dada la alarma y la resistencia al cambio de la industria del carbón y del petróleo, lo que hace falta es una movilización como no se haya visto nunca en este país”.

La llamada a la acción va unida en GLICK al optimismo.

Nuevas estrategias

El poder del discurso


De acuerdo con NEWELL, la industria está utilizando todos los canales que tiene a su disposición para encauzar las soluciones al problema del cambio climático. 

Lo que propone NEWELL en este punto es no dejar que las soluciones vengan en exclusiva de la industria y que las ONG deben de actuar de contrapeso, e insiste en que no hay ninguna garantía de que los ganadores en el mercado sean los que tengan más interés en atacar la raíz del problema del cambio climático.

Sin duda, las ONG no tiene la misma capacidad que la industria para actuar materialmente, por ello tienen que reforzar los otros dos canales. Algunas organizaciones `prefieren utilizar el canal institucional, e incluso llegan a abusar del la vía judicial, pero el canal más propio es el discursivo.

     


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LA COMUNIDAD AMBIENTAL Y EL CAMBIO CLIMÁTICO


LA APROBACIÓN DE LEGISLACIÓN  AMBIENTAL COMO ESTRATEGIA

En los años 60 y 70, se aprobaron algunas leyes que luego resultaron decisivas en la resolución de conflictos cuando éstos llegaron a los tribunales de justicia.  Aquel proceso se recuerda ahora, visto con la perspectiva que da el paso de un par de décadas, como una victoria épica apenas soñada, algo que caló profundamente en los padres fundadores del movimiento ambientalista y que configuró una forma de pensar sobre la relación entre medio ambiente y  política, que se prolonga hasta hoy.

MICHAEL SHELLENBERGER[1] y TED NORDHAUS[2]  se refieren en estos términos a  las estrategias de política medioambiental, en un escrito publicado en  enero de 2005: “The death of environmentalism[3].

Los autores defienden que el marco estratégico, la forma en que se hace política medioambiental, no ha cambiado en los últimos cuarenta años, y sigue una pauta establecida:

Primero, se define un problema, pongamos por caso el calentamiento global, como  problema medioambiental; segundo,  se diseña una solución técnica, para el calentamiento global el cap-and-trade, esto es, limitar las emisiones e incentivar el uso de energías menos contaminantes asignado costes de emisión ; tercero, se vende la propuesta técnica a legisladores por medio de varias tácticas como ejercer presión mediante lobbies, buscar terceros aliados, confeccionar informes, campañas de  propaganda, movilización de las bases y relaciones públicas”.

Lo que se preguntan en el artículo, es si esta táctica puede servir para enfrentarse con el problema del cambio climático.

En su argumentación, examinan,  en primer lugar, la cuestión de si el calentamiento global es un problema estrictamente ambiental, para decir que  esto no tiene una respuesta necesariamente afirmativa. Si damos por supuesto que el calentamiento global puede potencialmente matar a cientos de miles o a millones de personas, en los próximos cien años, no hay razón para tratar esta cuestión como meramente ambiental,  ya  que el hambre y la guerra,  no pueden quedar reducidos a esta consideración. Clasificar el problema como ambiental tiene no sólo implicaciones conceptuales sino también políticas, puesto que  induce a la apreciación de que el problema es algo externo, sobrevenido:

El problema no está fuera de nosotros, el problema somos nosotros. Es un problema humano que tiene que ver con el  modo en que organizamos nuestra sociedad[4]y es nuestra responsabilidad cambiarlo”.

 Los que defienden el carácter esencialmente ambiental del problema del cambio climático, como DAN BECKER[5], lo hacen en base a que:

 “Si se desplaza el foco,  no habrá nadie que defienda el medioambiente,  si el movimiento no lo haceNuestro trabajo es proteger el medio, no somos un sindicato, ni el Ministerio de Trabajo. Nuestra tarea no es elaborar la política industrial de un país”

Frente a este argumento, SHELLENGERGER y NORDHAUS alegan que ver  las cosas de este modo tiene la consecuencia de que se pone todo el esfuerzo en la causa del problema, esto es, en la reducción de emisiones.  Si se considera que todo el problema está en eliminar el carbono de la atmósfera se pasa por alto que hay otros obstáculos que también hay que eliminar:

“El control de la derecha política sobre la administración americana, la política comercial, la influencia del dinero sobre la política y las dificultades del movimiento medioambiental para inspirar una visión positiva”.

No importa tanto el listado concreto de los obstáculos, como éstos tienen que ver con la distribución del poder político y con los valores de la sociedad, y que los problemas ambientales no pueden desvincularse de los problemas políticos.

De hecho, argumentan que la razón principal por la que la estrategia política se ha seguido sistemáticamente, estriba en que con ella se han obtenido  grandes éxitos, como en el caso de la lluvia acida.

Ahora bien, ambientalistas como PHIL CLAPP[6], opinan que el calentamiento global no puede resolverse con el mismo esquema,  puesto que:

 “Mientras que la lluvia ácida es un tema que se resolvió en los ocho años que van de 1982 a 1990, ahora se trata de un esfuerzo por transformar la economía energética mundial, aumentando la eficiencia y la diversificación, para liberarla de la dependencia de los combustibles fósiles, algo que se prolongará durante al menos cincuenta años”.

 CLAPP, HAWKINS y otros líderes dicen haber aprendido bien esta lección, en los años noventa, durante el proceso de gestación del Protocolo de Kyoto:

 “Proceso en el cual se pusieron todos los huevos en la misma cestay que no llevaba aparejada una estrategia para que el senado de los Estados Unidos ratificara el tratado. El resultado fue que la industria diseñó una resolución anti-Kyoto que fue aprobada por 95 votos a cero”.

SHELLENBERGER y NORDHAUS explican que estos fracasos se deben a la falta de alianzas fuertes, precisamente porque se quiere colocar el medio ambiente en un compartimiento estanco separado de los intereses de los trabajadores, por ejemplo. La alianza entre sindicatos y organizaciones ambientales  no ha de verse como una táctica coyuntural sino como una alianza estratégica y esta consideración sólo es posible si se superan los prejuicios respecto al tratamiento exclusivo de temas calificados como medioambientales en el seno de las organizaciones.

Por lo que se aboga finalmente es por la implicación política de las organizaciones ambientalistas y por  alianzas estructurales con los grupos políticos que avalen los cambios legislativos e institucionales coincidentes con sus objetivos. Por lo tanto la estrategia tradicionalmente seguida puede ser válida siempre que vaya acompañada por alianzas convenientemente elegidas.

LA MAGNITUD DEL PROBLEMA DEL CAMBIO CLIMÁTICO

La magnitud del problema del cambio climático es  un punto en el que existió desde el principio especial acuerdo en la comunidad ambiental. JOSH REICHERT[7], por ejemplo, afirma:

 “Lo que estamos tratando de lograr es un cambio radical en la forma en que el mundo produce y consume energía. Es algo que se hará de todas maneras, porque no hay elección, lo que queda por ver es el tiempo que se tardará y lo que  nos costará la demora”.

El cambio climático es visto desde amplios sectores de la comunidad ambiental como un problema global, para cuya solución,   aprobar decretos en el senado y cámara de representantes de los Estados Unidos  tiene grandes dificultades, pero es un reto aun mayor contribuir al cambio energético en los grandes países en desarrollo como China, La India, Rusia y Sudáfrica; un asunto que requiere abogar por la transferencia tecnológica, por los acuerdos comerciales éticos, y la cooperación entre países, que distribuya  equitativamente los beneficios entre las partes. En definitiva, lo que se defiende es que enfrentarse con el calentamiento global requiere entrar en política industrial y política comercial, saliendo del ámbito de lo estrictamente ambiental.

ROB GELBSPAN, escritor y activista, viene ocupándose en profundidad[8] de la relación ente política y  calentamiento global. En  Boiling point, libro escrito en el año 2004, GELBSPAN acusa a los líderes ecologistas de ser poco ambiciosos en sus objetivos:

Lo que es realista desde es punto de vista del posibilismo político es catastrófico para el medioambiente, [se requiere] un Plan de Modernizacion Mundial de la Energía cuyo objetivo sea reducir las emisiones en un 70%, atacando en tres frentes: (1) Desplazar las subvenciones desde las industrias contaminantes a las industrias limpias (2)  Crear un fondo para transferir tecnología limpia a los países en desarrollo,  y (3) Progresar hacia una mejor eficiencia de los combustibles fósiles a un ritmo del 5% anual”.

A pesar de las referencias políticas, se trata de una propuesta muy concreta,  demasiado técnica  en opinión de SHELLENBERGER Y NORDHAUS, que aunque  alaban  el énfasis de GELBSPAN a la hora de valorar la magnitud de la crisis, echan de menos una estrategia verdaderamente política para aprobar un plan como éste.

En el año 2007[9]GELBSPAN vuelve a insistir en la magnitud de la crisis aportando un nuevo matiz que enfatiza los elementos más apocalípticos del problema:

Se ha superado el punto de no retorno, el punto crítico - tipping point - Es, por lo tanto ya inevitable  que entremos pronto en una fase de cambio climático peligroso

Para apoyar esta afirmación, aporta una abrumadora serie de indicios[10] que le llevan a afirmar que las cosas están peor, mucho peor, de lo previsto.  Aunque sigue  defendiendo que un plan como el que proponía en Boiling Point sigue siendo útil, propone ahora también acciones de mayor alcance. Son acciones que tienen que ver con lo que él llama geoingeniería, una ingeniería a escala planetaria que incluiría obras de enorme magnitud. Un ejemplo[11]: instalar bombeos a gran profundidad en los océanos para impulsar agua  fría a la superficie con objeto  de recuperar su capacidad para absorber dióxido de carbono. En relación con esto y con las enormes dificultades que  está convencido que habrá que vencer en un futuro no muy lejano, Gelbspan  hace otra reflexión  interesante:

Una víctima potencial del cambio climático es la tradición democrática. Cuando las naciones se enfrentan con grandes cataclismos se recurre al totalitarismo para mantener el orden y evitar el caos. Del estado de emergencia se puede pasar al estado de sitio, especialmente si la situación se prolonga sin soluciones claras”.

El antídoto que sugiere GELBSPAN para evitar estos males es la revitalización de lo público, de las facultades de la administración para defender los intereses generales frente a los intereses privados:

” [Hay que dar] fin al fundamentalismo del libre mercadoreavivando la democracia participativa, capaz de  reflejar los valores colectivos mejor que el estado corporativo actual”.

Tan apocalíptico como GELBSPAN  es JAMES LOVELOCK. En los primeros meses del año 2006,  LOVELOK publicó “The Revenge of Gaia[12]. Previamente el libro  había sido ya anunciado en distintos medios que se hicieron  eco en  primicia de las denuncias  que aparecerían  después ampliadas.

 La repercusión pública  que tienen habitualmente las afirmaciones de Lovelock es mayor que la de otros ambientalistas, por la autoridad que le da el haber escrito en 1979[13] uno de los libros más divulgados sobre temas ecológicos. Ciertamente, LOVELOCK  goza desde hace muchos años de  reconocimiento sobre todo en el Reino Unido. En abril de 1989,  fue él quien lanzó los primeros avisos  al gobierno británico sobre el cambio del clima. Tan es así que parece ser que MARGARET THATCHER tuvo información desde el principio, de primera mano, sobre los temas que habrían de ser después relevantes.

LOVELOCK coincide con GELBSPAN en la impresión de que ya es demasiado tarde:

El cambio climático ha superado el punto de no retorno y  a finales de este siglo miles de millones de seres humanos morirán y los pocos que sobrevivan habitarán en el Ártico donde el clima permanecerá tolerable.  Tal será la situación, que se necesitará una guía para supervivientes del calentamiento globalescrita en soporte papel, con tinta de larga duración,   dedicada a aquellos humanos que estén todavía luchando por existir después del total colapso de la sociedad;  una guía que habrá de contener  aquellos conocimientos científicos básicos de la humanidad, que tenemos ahora como algo dado sin más, pero que han sido obtenidos con gran esfuerzo, tales como nuestro lugar en el sistema solar o el hecho de que las bacterias y virus causan enfermedades infecciosas”.

A pesar de lo impactante de estas ideas, las afirmaciones más singulares de LOVELOCK son las que se refieren a la energía nuclear.  En este tema se separa claramente de la mayoría del movimiento ambiental para hacer  una defensa encendida de lo que considera la única solución viable y realista frente al calentamiento global. El dióxido de carbono, dice, es un enemigo mucho más peligroso que los residuos radiactivos.

Ni la geoingeniería ni la energía nuclear entran, sin embargo, en los planes de SHELLEBERGER Y NORDHAUS,  su estrategia de alianzas políticas va por otro camino:

”Si el punto más débil, por el que es atacado el actual planteamiento de reducción de emisiones, es que este traerá aparejadas grandes pérdidas en puestos de trabajo y costes de miles de millones de dólares, lo que hay que hacer es propuestas que creen millones de nuevos puestos de trabajo”.

Su propuesta consiste en dar una visión esperanzadora para el futuro. Explican lo que esto significa evocando la frase de MARIN LUTHER KING “He tenido un sueño”, para ejemplificar el tipo de mensaje que se necesita. Critican que la actitud y el discurso de algunas organizaciones ambientales es equivalente a como si LUTHER KING hubiera  dicho: “He tenido una pesadilla”. Desde el punto de vista del debate político, el problema principal es de valores, afirman, esto es, de las creencias básicas y principios que guían  la conducta y que en última instancia hacen que los votantes en una democracia se inclinen por una u otra opción electoral.

Su diagnóstico es que los ambientalistas se han definido a sí mismos en contraposición  con  los conservadores, sin articular un discurso propio con valores alternativo a los valores conservadores: un gobierno y una administración reducidos, impuestos bajos, fuerza militar,  familia tradicional y poder de las grandes empresas.  Estos valores, dicen, han ido introduciéndose en la sociedad durante los últimos cuarenta años desde fundaciones y centros de estudios (think tanks), presentándolos como algo homogéneo y consistente.

De todo este argumento resulta finalmente una estrategia bien definida:

“Lo lógico es  empezar por los valores para ganar la batalla política que ha de conducir, mediante la aprobación de una legislación adecuada, a la solución de los problemas ambientales”.


EL ACTIVISMO COMO ESTRATEGIA

TED GLICK[14]  representa un contrapunto a esta estrategia basada en alianzas políticas. GLICK defiende el activismo en la calle y la movilización, como la estrategia más adecuada para la defensa del medio ambiente.
En septiembre de 2005, Glick escribe un artículo en la revista  GRIST que titula “Rank and Rile”[15]en el que se lee:

 “La batalla para estabilizar el clima no se gana solamente con argumentos racionales, con cambios en el etilo de vida individual o esfuerzos modestos para implantar energías más limpias. Dada la alarma y la resistencia al cambio de la industria del carbón y del petróleo, lo que hace falta es una movilización como no se haya visto nunca en este país”.

La llamada a la acción va unida en GLICK al optimismo.  Pasa revista a todos lo apoyos del movimiento:

 “Los estudiantes, a través  de Energy Action que agrupa a 24 grupos, están con nosotros. Los pacifistas que están contra la guerra, están también con nosotros. Muchas ciudades y algunos estados  que están tomando medidas para reducir las emisiones de gases y remplazar energía contaminante por alternativas limpias, están con nosotros. Los lideres de la derecha cristiana, están con nosotros [con el argumento: Dios no  nos preguntará como creo el mundo pero nos pedirá cuentas de lo que hicimos con lo que Él creó[16]]. Incluso entre los líderes del partido republicano se alzan voces que declaran la necesidad de actuar –los  senadores McCain, Hagel  o Chafee -; los líderes políticos están con nosotros. Y lo más significativo, este verano [2005] una  encuesta realizada por la universidad de Maryland reveló que una abrumadora mayoría, el 94%, de los norteamericanos piensa  que los  Estados Unidos debne reducir la emisiones en la misma medida o más que el resto del mundo. La gente está con nosotros”.

La propuesta de GLICK es la de actuar para conseguir un mundo mejor, un mundo deseable, cimentado sobre la justicia, en donde estemos en paz unos con otros y con  la tierra que nos da la vida; y pregunta al final del artículo: “¿Estás tú con nosotros?”

Lo que indican estos relatos es que  la comunidad ambiental es plural y heterogénea, y  justifica la elección de esta  denominación frente a la de grupos ecologistas, por ejemplo que es más restringida. Ni siguiera la denominación de movimiento ambiental recoge a aquellos que  desde posiciones más teóricas no  pueden considerarse como formando parte de la acción práctica.  Se nos muestra  un panorama plural que tiene más el aspecto de mosaico con distintos tonos de color que algo uniformemente verde. Esto no nos impide plantearnos cuestiones de carácter general: la capacidad de la comunidad ambiental para influir en la toma de decisiones, si esta capacidad es creciente o decreciente,  si se le reconoce por otros actores y si la comunidad misma es consciente de su estatus.

 Parece evidente que personas individuales pueden ejercer la influencia que les da la su autoridad intelectual, es el caso de JAMES LOVELOCK, por ejemplo; pero la capacidad real de influir  en la toma de decisiones está más bien en las organizaciones que en los individuos particulares. Es por lo tanto en estas organizaciones donde debemos poner el foco.

LA ACCIÓN ORGANIZADA

 Las organizaciones no gubernamentales (ONG), se definen actualmente como organizaciones creadas por personas privadas u otras organizaciones,  sin participación o representación de los gobiernos, lo cual no excluye la financiación pública, pero si excluye el que representantes gubernamentales sean miembros de la organización.

Aunque la historia de las organizaciones de este tipo se remonta al siglo XIX,  con el voluntariado a favor de la supresión de la esclavitud o a favor del voto femenino, por ejemplo, la denominación ONG toma carta de naturaleza con el establecimiento de las Naciones Unidas en 1945.  El artículo 71 del capítulo 10 de la Carta de las Naciones Unidas habla del papel consultivo de aquellas organizaciones que no son un estado miembro. La definición de ONG internacional vino en 1950 como aquella organización que no está financiada por ningún tratado.

 La inclusión de las organizaciones en la Carta no fue casual. Había representantes de 1200 organizaciones de voluntarios presentes en la conferencia fundacional de las Naciones Unidas de 1945 en San Francisco,  y  una muestra de que su presencia fue importante[17] es que la Carta empieza con la frase: “Nosotros las gentes de la Naciones unidas…”, destacando que la organización estaría formada en última instancia por personas y no por naciones.

Como desarrollo del artículo 71 de la Carta, el Consejo Económico y Social ha ido estableciendo un listado de las ONG que poseen el estatus consultivo en las Naciones Unidas. El número de organizaciones con este carácter era de 41 en 1948, de 377 en 1968 y de 1350 en 1998.

En 1968, la Resolución  1296/1968  definió los criterios y derechos asociados con este estatus consultivo[18]. Con este marco legal recién constituido, la Conferencia de Estocolmo de 1972 fue el momento y lugar adecuado para la implicación de las organizaciones en la toma de decisiones ambientales.
PETER NILSSON[19], en un ensayo escrito en el año 2003, analizó el papel que las ONG tuvieron en la Conferencia. El relato, que incluye entrevistas a algunos protagonistas principales de los hechos ocurridos entonces, es suficientemente detallado para entresacar los datos que nos permiten examinar los mecanismos mediante los cuales las ONG se han ido involucrando en la toma de decisiones.

Cuenta NILSSON, que en el otoño de 1968, según el recuerdo del entonces embajador sueco ante las Naciones Unidas, el comité científico sugirió diferentes alternativas para convocar la siguiente conferencia. Entre ellas figuraba el medio ambiente como tema. La delegación sueca defendió esta alternativa, en parte como reacción para evitar que se hablara, una vez más, de los usos pacíficos de la energía nuclear. Un requisito previo para que la Conferencia pudiera llevarse a cabo, era el apoyo de los Estados Unidos,  por lo que se establecieron conversaciones con los expertos ambientalistas americanos. Esta fase previa estuvo pues dominada por los intereses europeos y americanos con exclusión del Tercer Mundo, lo cual seria después determinante.

Paralelamente, el grupo científico LASITOC, fundado en 1967, nacido en la universidad de verano, y con participación de jóvenes de distintos países europeos, tuvo conocimiento de la realización de la conferencia. En 1970, organizaron una reunión en Londres denominada  “Amenazas y Promesas de la Ciencia,  de la que sale el grupo PowWow, que se pone en contacto con organizaciones que tenían el carácter consultivo en la Naciones Unidas, y por lo tanto,  algo muy importante: acceso a información. A través de estos canales conocen la agenda de la conferencia que les parece poco satisfactoria. En el trabajo de reorganización de lo que llaman “Una agenda más relevante” surge el Oi Comité que se convierte en un actor central, invitando y organizando la participación de 63 jóvenes científicos de todo el mundo.

Del grupo PowWow sale la iniciativa de montar una asamblea de grupos ambientalistas y de izquierdas que habría de celebrarse en los mismos días que la conferencia oficial, en junio de 1972. El 14 de  febrero de ese año se reúnen ya en reunión preparatoria  al menos 32 organizaciones entre las que se encuentran: Altenative city, The anarquist working group, grupos ecologistas, partidos políticos suecos de centro e izquierda y el Oi comité. Su agenda contiene temas como la crisis energética, el ecocidio de Vietnam o las drogas. Entre los grupos ecologistas destacaba Friends of  the Earth Suecia que dio popularidad al tema de la explosión demográfica. Importante es también la iniciativa, que se vería realizada durante la conferencia, de lanzar una publicación diaria durante todos los días que durase la reunión: la publicación Eco.
En la conferencia  oficial aparecieron sorpresas. Se hizo evidente la ruptura entre la visión ambiental de los países occidentales y la experiencia que se tenía de estos problemas en el Tercer Mundo. El problema demográfico fue el punto principal de desencuentro. Los países desarrollados propusieron la planificación familiar como solución a la explosión demográfica, mientras que los países pobres denuncian la desigual distribución y control de los recursos como fuente principal del problema de la pobreza. Como resultado de la ruptura, se produce una revuelta en la conferencia que obliga a cambiar la agenda. Es en este momento cuando los jóvenes que habían participado en la Conferencia Hamilton  en 1971, en la que había estado el grupo PowWow,  y que habían sido realmente  invitados desde el principio, deciden que es una oportunidad que no pueden perderse y envían una delegación de doce personas a la conferencia oficial.

 No era esta ciertamente la forma en que desde las Naciones Unidas se esperaba que funcionasen las cosas. Las Naciones Unidas habían ofrecido facilidades para organizar un foro formado por algunas ONG seleccionadas: el Environmental Forum, como modo de legitimarse llegando a una audiencia más amplia que la que se podía alcanzar  a través de la burocracia de los gobiernos nacionales. Lo que se gestó, sin embargo, fue el  Peoples forum, no promovido por las Naciones Unidas, sino  nacido a partir de redes y grupos ecologistas autónomos. Esto no estaba desde luego en la idea del gobierno sueco, principal impulsor del Environmental Forum.  La estrategia de las Naciones Unidas, procedía seguramente de una propuesta sueca que tenia experiencias asimilables en la resolución de conflictos domésticos,  y estaba más bien en situarse en una posición de arbitraje entre los movimientos sociales y la comunidad financiera. 

Las fuentes directas[20] que cita PETER NILSSON en su ensayo, aseguran que hubo serios intentos para distraer la atención  puesta en el Peoples Forum. Como ejemplo se citan las actividades  de ROBERT ANDERSON, amigo personal del presidente  NIXON, financiando e infiltrándose en Friends of The  Earth, una de la ONG que estaba en el Environmental forum,  y de este modo darle más relevancia a la vez que se aseguraba su control.

El caso es que el Peoples Forum fue  radical y provocador durante la conferencia, muy interesado en analizar el ecocidio de Vietnam, por ejemplo, que claramente atacaba la posición de los Estados Unidos. El Environmental Forum, promovido fundamentalmente por el gobierno sueco,  se mantuvo en posiciones más próximas a las de la conferencia oficial aunque con más libertad en el debate y en la selección de participantes.

La Conferencia de Estocolmo se convierte con todo esto  en un campo de pruebas para las conferencias posteriores, de  Río y Johannesburgo,  en las que las actividades paralelas aumentan considerablemente, y en las que la distinción entre lo oficial y  lo paralelo se vuelve más difusa.
En la conferenciase puso también en evidencia una nueva polaridad. La tensión Norte-Sur se hace tan potente como la Este-Oeste. China está por primera vez presente, mientras que Rusia está ausente. En poco tiempo, esto conduce a nuevas mayorías en las reuniones que condicionan las estrategias de todas las partes y también las de las organizaciones no gubernamentales. 
PETER NILSSON cita las observaciones de su entrevistado, PER JANSE,  para referirse a otro asunto que aparece con claridad a partir de un análisis retrospectivo de la conferencia. Las instituciones del mercado, en concreto las empresas multinacionales, han aumentado notablemente su influencia desde 1972. La libertad en los flujos financieros y el abandono de las regulaciones monetarias nacionales, han contribuido a alterar el contexto en el que actuaban las empresas.  En palabras de JANSE:

 “Algunos actores de la comunidad financiera han alcanzado el poder, aunque la globalización hace más difícil identificarlos. En cualquier caso, los centros financieros de los países del Norte tienen parcelas de poder que antes estaban localizadas en los ministerios. Las empresas multinacionales son nuevos actores internacionales con poder económico mucho mayor que el de  los estados. La consecuencia es que el interés medioambiental a largo plazo queda supeditado al interés financiero a corto plazo”.

 Por otro lado, la dificultad para identificar los centros de poder, no es incompatible con que la acción se realice más abiertamente. Mientras que los intereses comerciales actuaban en la oscuridad en  Estocolmo, la promoción comercial era evidente ya en Río. Se trata pues de un poder que no se esconde sino que se siente legitimado para actuar. TORD BJÖRK, otro de los entrevistados por NILSSON, va más lejos para afirmar que las Naciones Unidas, en su conjunto, han perdido poder desde 1964, que no son más que la cara humana de un nuevo orden mundial, en el que las instituciones salidas de Bretton Woods, esto es, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial la OTAN son los que han aumentado su poder.

Actualmente las Naciones Unidas invitan a ONG y comunidades de  científicos en forma de paneles. La ONU organiza eventos especiales con participación de  ONG, todo ello dentro del marco del sistema de las Naciones Unidas. Es evidente que el sistema se ha abierto a otros actores distintos de  los gobiernos nacionales, que parecen haber perdido terreno. La cuestión es si esta situación es más aparente que real.

Existen indicios suficientes que  apuntan hacia una redistribución de poder, en la que las ONG y la comunidad financiera internacional parecen haber aumentado su influencia a costa de otros actores, los gobiernos nacionales, que tradicionalmente la habían tenido. Prueba de ello es que las organizaciones y la comunidad financiera se enfrentan directamente, considerándose mutuamente como contendientes de suficiente peso. Un ejemplo del modo en que los movimientos sociales se están organizando en red para presentar batalla a la comunidad financiera es ATTAC[1], movimiento internacional nacido en Francia en 1998, que promueve el control democrático de los mercados financieros y las instituciones que los controlan. 
La organización en red  internacional de los movimientos sociales es algo que surgió precisamente a partir de 1972. Estas redes se caracterizan actualmente por poseer una gran cantidad de información, a lo que contribuido el  uso extendido de Internet como herramienta para la obtención y difusión de todo tipo de conocimientos.

Siguiendo esta pauta, los movimientos sociales preocupados específicamente por el cambio climático, se han organizado también en red. Climate Action network  (CAN), fundada en Hanover en 1989,  es una red que agrupa a más de trescientas ONG que funciona  en los momentos en que se reúnen las conferencias de las Naciones Unidas promovidas por la Convención marco para el Cambio Climático. Su modo principal de comunicación, la forma en que divulgan sus posiciones, son los números de la publicación ECO, nacida en Estocolmo y de la que ahora son parte editorial principal.

Puede decirse que el protagonismo de las ONG en las conferencias ha sido  creciente durante las décadas de los ochenta y noventa. La respuesta a la pregunta de si estas organizaciones aumentaron durante estos años su influencia, es pues afirmativa. Ahora bien, durante estos años estas organizaciones, a medida que aumentaban su influencia, han ido también evolucionando. Una cuestión que surge a la vista de esta evolución es si  ha habido cambios en el  tipo de intereses defendidos por las organizaciones

Sobre este tema, PETER NILSSON recoge de  su entrevistado BJÖRK, la distinción entre las organizaciones que son movimientos populares de voluntarios, de aquellas organizaciones que trabajan de forma conjunta con el poder establecido:

Estas últimas son aparentemente independientes pero trabajan más como parte del poder instituido que como alternativas. Su cooperación con las instituciones es un apoyo y una excusa para estas”.

 Se observa, dice Nilsson citando trabajos[2] que han investigado la experiencia  en los países nórdicos, un desplazamiento desde las visiones existenciales y criticas de la civilización, hacia visiones tecnocráticas y discursos que buscan el apoyo de la ciencia:

Las grandes organizaciones ambientalistas funcionan actualmente como expertos ante la administración sueca”.

DEBORAH STIENSTRA[3], sin embargo, desde su experiencia como investigadora de los movimientos sociales que se ocupan de los problemas de género,   percibe la actuación de las ONG, como un modo efectivo en que los movimientos sociales influyen sobre las cuestiones de gobierno.

El debate se establece pues entre dos polos: permanencia en los principios y fidelidad al carácter inicial de voluntariado de las organizaciones, o  logro de  objetivos concretos mediante la presencia en los foros de decisión, con miembros expertos, asalariados de la organización.

El hecho es que las ONG participan actualmente en las conferencias sobre el cambio climático y que su posición de alianza  y apoyo al IPCC es clara, como es claro su apoyo al Protocolo de Kyoto,

Del mismo modo que el IPCC aparece como un aliado claro, el gobierno de los Estados Unidos, especialmente durante las administraciones republicanas del presidente BUSH, y también las industrias del petróleo y del carbón, son los enemigos claramente identificados.




[1] Asociación por la tasación de las Transacciones y por la Ayuda a los ciudadanos.
[2] Johan  Hedrén, 2002.
[3] “Of roots, Leaves, and trees:gender,social movements, in gender politics in global governance” International Feminist Journal of Politics vol 4 nº 2. 




[1] Estratega y consultor político a través del Breakthrough Institute y de Lumina Strategies es  co-fundador  junto con con Nordhaus del Strategic Values Science Project
[2] Vicepresidente de Evans/McDonough, empresa de investigación de opinión, especializado en diseñar iniciativas estratégicas para re-contextulizar viejos debates en nuevas  formas que reconstruyan el  poder de sus clientes.
[3] Shellenberger y Nordhaus (2005): “The death of environmentalism. Global warming politics in a post-environmental world”
[4] Los autores citan aquí a Susan Clark, Directora Ejecutiva de la Fundación Columbia.
[5] Director del Sierra Club Global Warming.
[6] Fundador del  National Enviromental Trust
[7] Director del Pew  Charitable Trust
[8] The Heat is on : The climate crisis, the cover up, the prescription, Perseus Books group: 1998
       Boiling Point: How Politicians, big oil and coal, journalists and activists, are fueling the climate crisis, and what we can do to avert disaster; Basic books,  2004.
[9]   “Beyond the point of no return”, diciembre de 2007, artúclo publicado en Grisr y Common Dreams.
[10] En el artículo cita solo unos cuantos pero su página web ofrece un archivo muy detallado, desde el 2001.
[11] Que toma de James Lovelock
[12] Lovelock (2006): “The revenge of Gaia: Why the earth is fighting back and how we can still save humanity”
[13] Lovelock (1979): “Gaia: a mew look at life on earth”.
[14] Activista desde mediados de los setenta,  entre 1995 y 2005 ha sido el coordinador nacional de la Red de Políticos Progresistas Independientes. Es diputado por el Partido Verde en el condado de Essex.
[15] Puede traducirse como ponerse en formación e irritar
[16] Frase que se atribuye al reverendo Rich Cizik
[17] “The emerging roles of NGOs in the UN system: from article 71 to peoples´s millennium assembly”, Alger Chadwick, 2002.
[18] Distinguiendo tres categorías: (1) General, que se refiere a aquellas organizaciones relacionadas con la mayoría de las actividades del Consejo y que pueden demostrar a satisfacción de este que tienen contribuciones sustanciales que hacer para alcanzar los  objetivos de las Naciones Unidas (2) Especial , que tienen un competencia especial en algún campo de actividad determinado (3)Roster, que pueden hacer contribuciones ocasionales, una especie de estatus previo a los anteriores.

[19] Nilsson (2003): “ NGO involvement in the UN Conference on the Human Environment in Stockholm 1972: Interrelations between intergovernamental discourse framing and activist influence”
[20] Per Janse , Jan Fjellander, Tord Björk , entrevistados por Nilsson.





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