CANÍBALES Y REYES REVISITADO. EL SOMETIMIENTO VOLUNTARIO A LA TEOCRACIA BENÉVOLA

Capacidad de persuasión 

Es un ejercicio de investigación sumamente interesante analizar el proceso que conduce desde el liderazgo que se da en los poblados neolíticos, al liderazgo de los imperios agrarios.

Se requiere un alto grado de capacidad de persuasión para involucrar a mucha gente en un proyecto personal, o de un grupo reducido de personas, que finalmente les convertirá no sólo en líderes que guían a la comunidad, sino en ostentadores del poder político. con privilegios mucho mayores que los de la media de la población.

Se requiere para ello saber muy bien lo que se quiere hacer y poner todo el empeño en convencer a los demás de que la empresa vale la pena el esfuerzo que habrá que poner en ella.

El trabajo de Wittfogel, Oriental Despotism, nos da una pista fundamental sobre el mecanismo que hizo posible grandes acumulaciones de poder en los imperios antiguos: las grandes obras públicas.

Caníbales y reyes

El trabajo de Marvin Harris en  (caníbales y reyes), nos da una pista complementaria sobre el tipo de personaje que llegó a convertirse en faraón o en monarca.

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En este libro Harris habla del origen de la agricultura. del origen de la guerra y del origen de la supremacía masculina; pero se ocupa específicamente del origen de los estados pristinos en el capítulo 7.

Grandes hombres

Harris introduce la noción de gran hombre, una noción que sirve para analizar los perfiles humanos de los personajes que intervinieron en  los procesos de acumulación de poder.

Caníbales y reyes resulta sin duda todavía interesante para indagar en ese momento fundacional anterior a la jerarquización ya más establecida en las organizaciones estatales.

El gran hombre, dice Harris, es un individuo emprendedor, intensificador de la producción, que se da en las tribus neolíticas.  Es capaz de persuadir a amigos y parientes para que trabajen primero con él y finalmente para él.

Es capaz de encontrar colaboración para aumentar la producción de alimentos y organizar grandes festines prometiendo la recompensa de la participación en un festín que de otro modo no habría tenido lugar. Por este medio el gran hombre se convierte en el impulsor de la vida colectiva y acaba convirtiéndose en el distribuidor de alimentos. Este prototipo explica, de acuerdo con M. Harris, la evolución, a partir del sometimiento voluntario, hacia una teocracia benévola.

La pieza que falta en esta argumentación para dar el paso hacia la gran acumulación de poder es la que aporta la exposición de Wittfogel. Una acumulación de poder como la que tiene el faraón en Egipto solamente puede ir asociada a proyectos de tamaño comparable.

No se trata de organizar un festín. Se trata de conseguir alimentos y de almacenarlos, para una población que ha aumentado notablemente. Un proyecto que implica grandes obras hidráulicas para domesticar el río y aumentar de forma apenas imaginada la producción agrícola.

Los personajes implicados son más cercanos al sacerdote, al ingeniero, al distribuidor de alimentos que al señor de la guerra.

Un indicio: el faraón egipcio tiene entre sus títulos el de cavador de canales


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